lunes, diciembre 22, 2014

¿Para qué tanto egoísmo?

A lo largo del tiempo me he dado cuenta que sin duda el egoísmo es una debilidad humana que se aprehende inconscientemente, pero francamente puede causar daño que es de carácter absolutamente devastador. A veces, no se conoce otra forma de actuar, pero en el fondo el egoísmo también acomoda a quien lo actúa. En lo profundo, reconozco me es complejo empatizar tanta falta de voluntad, y esto se debe a que cuando se crece hay valores intrínsecos que enfatizan en la relevancia de las habilidades sociales, lo que desde luego implica fenomenológicamente hablando, que lo normal es no pasar por encima de nadie, es decir, ser capaz de respetar al otro y de alguna forma protegerlo de lo que pueda causarle sufrimiento, pero observo que las personas egoístas no se preocupan de ello y más bien sólo se ocupan del beneficio individual, lo que considero absolutamente innecesario. Es verdad que todos tenemos defectos, pero considero debiéramos tratar de pensar un poco más en el otro, porque todo es circular, siempre habrá un eterno retorno de lo mismo, y si no partimos por el cuidado del otro, nuestro mundo será cada vez más solitario.

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